A dos años de iniciar operaciones
bajo el modelo de franquicia, Qué antojos ha logrado abrir 61
puntos de venta, además de colocarse dentro de las 10 empresas
franquiciadas de baja inversión y con rápido retorno de
inversión.
La empresa, que nació hace 11 años
en la ciudad de Mérida, se "dedica a la comercialización de fruta
fresca preparada con la receta secreta de su chamoy", la cual le ha
valido el reconocimiento de sus consumidores, comentó Felipe Vega,
socio fundador y director de la franquicia.
Javier Morales y Felipe Vega fueron
quienes recordaron sus golosinas preferidas de la infancia
decidieron llevar la preparación de fruta y botanas con salsa al
modelo de franquicia.
La diferencia de estos productos con
los demás está en su receta especial de chamoy, la cual guardan
celosamente sus creadores, adicional a la "calidad de las frutas y
la limpieza con la que se preparan nuestros 22 productos", destacó
el entrevistado.
La franquicia cuenta con 18 unidades
propias y 53 franquicias, lo que les ha dado la posibilidad de
internacionalizar el concepto y llegar a España y
Guatemala.
Impulso para crecer
"Al ser un producto de impulso los
lugares más recomendados para ubicar un local son los centros
comerciales, calles o avenidas concurridas, donde el paso de
personas sea constante" recomendó Felipe Vega.
Qué Antojos es un negocio de rápida
recuperación, el retorno de inversión es de ocho meses y se tiene
un margen de utilidad mensual de 30% a 35%, debido a que los costos
de la materia primera son bajos.
Con la cuota de inversión incluye el
derecho de uso de marca, un módulo de cuatro metros cuadrados para
usarse como una isla en los centros comerciales o locales
independientes.
"Lo más importante es que incluye
los manuales de operación, capacitación, estudio de mercado previo
y durante la duración del contrato se dará una asistencia técnica
integral al franquiciatario", destacó.
Los productos como el chamoy y otros
que no son perecederos distribuido por la franquicia desde el
corporativo en el Distrito Federal. Mientras que la jícama, el
pepino, mago y mandarina se compra en los lugares donde se
encuentra la franquicia.
De acuerdo con Felipe Vega "en lo
que se refiere a capacitación les enseñamos desde cosas tan básicas
como la elección de la fruta, de que tamaño, el grado de
maduración, la forma de pelarla y cómo hay que
presentarla".
El negocio se comenzó a franquiciar
desde abril del año pasado con buena aceptación lo que les ha
valido ser invitados a diferentes ferias del sector como la de
Valencia España, donde lograron apertura una franquicia minimaster
en Marbella.
Otro de los lugares en el que han
introducido este concepto es Guatemala donde está por abrirse la
franquicia maestra. Además esta semana participan en la Feria de
Franquicias de Colombia.
"De aquí a final de mes tenemos
programadas la apertura de seis unidades y la proyección de aquí a
un año es de duplicar el número de unidades que tenemos ahora"
expuso Felipe Vega.
Números
sabrosos