Parece que el panorama en materia de
financiamiento para los micronegocios está por comenzar una nueva
etapa en cuanto a apoyo y desarrollo se refiere.
Como sabemos,
este sector está apoyado en México por parte del gobierno federal a
través del Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario
(Pronafim), que está a cargo de Ma. del Carmen Díaz Amador, y de
éste emanan dos instrumentos que reciben recursos, el Finafim y el
Fommur, este último dirigido principalmente a las mujeres
rurales.
A partir del
2007, se prevé que ambos fondos, los cuáles se distribuyen a través
de las Instituciones de Microfinanciamiento, tomen un mejor rumbo y
lleguen con mayor fuerza a zonas rurales y marginadas, ya que
serían atendidas por microfinancieras pequeñas, que conocen y están
más cerca de las comunidades, dejando así a las más grandes permear
en estas regiones.
El plan de la
Subsecretaría para la Pequeña y Mediana Empresa (Spyme) es dejar
los fondos del Pronafim a las pequeñas microfinancieras y comenzar
a apoyar fuertemente a las instituciones más grandes con los Fondos
de Garantía, del Fondo Pyme.
Según
Heriberto Félix, titular de la Spyme, las microfinancieras con
mayor antigüedad y experiencia ya están maduras, por lo que es
importante migrarlas al esquema de garantías de la Secretaría de
Economía (SE), así que la dependencia que tiene a su cargo estaría
avalando las operaciones de estos organismos con un fondo que suma
70 millones de pesos.
Debemos
recordar que la importancia de los microcréditos radica en la forma
en cómo estos recursos van apoyando a una mejor alimentación y
educación para las familias más pobres de México, las cuales no
tienen acceso a ningún tipo de financiamiento o servicio de la
banca comercial.
El 98% de los
microfinanciamientos está en manos de mujeres, quienes han
demostrado que son buenas pagadoras y que los ingresos que obtienen
de sus micronegocios se reflejan en sus hijos, y en una mejor forma
de hacer frente a situaciones de crisis.
Esta nueva
estrategia, es una buena noticia si tomamos en cuenta que los
fondos del Pronafim sufrieron un recorte en su presupuesto en el
2006, lo que hizo que su cartera de crédito se ubicara en 331,830
millones de pesos, frente a los 356,460 millones de pesos que ya
había alcanzado en el 2005, tras venir creciendo año con año desde
la creación del programa en el 2001.
Este es el
momento de replicar con mayor fuerza la propuesta del Bengalí y
premio Nobel de la Paz, Muhammad Yunus, quien fue el banquero
desarrollador del concepto de microcrédito, que fue ideado por el
pakistaní Akhter Hameed Khan.
Hoy, el ha demostrado al mundo que los microcréditos sí ayudan a
los pobres, simplemente hay que echar un vistazo al éxito que ha
tenido por décadas el Banco Grameen, que se dedica a ofrecer este
tipo de préstamos.