Marcel R. Portmann, Director
ejecutivo del Instituto Latinoamericano de Franquicias (Ilaf) y ex
vicepresidente de IFA llega desde el mercado estadounidense, donde
existen 2.500 franquicias y que factura un tercio de la cifra del
sector en todo el mundo. Una experiencia que ha de servirle para
dar a conocer las ventajas de la fórmula en toda
Latinoamérica
Se ha encargado en la última década
del desarrollo en el exterior de International Franchise
Association (IFA), la patronal estadounidense del sector, que
aglutina a más de 30.000 socios y de la que asegura funciona “como
un reloj suizo”. Ahora regresa con un nuevo proyecto a su Chile
natal, desde donde pretende dar a conocer los beneficios de la
franquicia en toda Latinoamérica.
El aspecto formativo del Ilaf será pues la parte esencial del
proyecto...
Cierto. Creo que en Latinoamérica falta educar acerca de la
fórmula, y lo que proponemos es trabajar en este tema académico.
Además de los cursos, el objetivo es crear algún tipo de
certificación de ejecutivos a nivel latinoamericano, como ya hace
IFA, además de otras iniciativas, como la creación de un centro de
mediación para la resolución de conflictos, que también funciona
muy bien en EE. UU. y aquí aún no hay muchos sitios donde
acudir.
¿Cuál es la situación general de la
franquicia en Latinoamérica?
Hay que distinguir tres niveles. Primero, aquellos mercados cuyas
franquicias ya están siendo exportadas, como Brasil o México.
Luego, un nivel medio, con redes de calidad que están superando las
100 unidades franquiciadas, como el caso de Argentina o Venezuela.
Y un tercero, donde estarían Perú o Chile. El caso chileno es
curioso, porque muchos no comprenden cómo la fórmula no despega
teniendo una economía que marcha bien. Creo que es porque el
chileno no es muy emprendedor, prefiere tener un buen trabajo y no
arriesgarse. De ahí que hay que enseñar por qué es interesante la
franquicia.
¿Qué tiene que aprender de EE. UU.
la franquicia hispanoamericana?
En principio, los beneficios de la fórmula. Muchas compañías
exitosas en Latinoamérica son familiares y tienen miedo de dar
cabida a alguien ajeno, son redes muy cerradas. De ahí que el tema
legal sea muy importante.
¿Son las pseudofranquicias un
peligro en los mercados incipientes?
Sí, y habría que fijarse de nuevo en EE. UU, donde el término está
muy bien determinado. Para ser franquicia hay que cumplir ciertos
requisitos, ése es el camino. Allí, quien se dedica al vending está
lejos de la franquicia porque no ofrece el mismo apoyo, lo que no
quiere decir que no haya gente que le vaya muy bien con este tipo
de negocios. Pero no es una franquicia.
¿Qué opina de la situación de la
fórmula en España?
Siempre he considerado España como un país muy emprendedor. Hoy
existen franquicias españolas en China, Oriente Medio…, por
ejemplo, las marcas de moda resultan muy atractivas, y eso es algo
que la franquicia estadounidense no tiene. Sus marcas de ropa no
franquician y no están disponibles para llevarlas a otros países
con esta fórmula.
Finalmente, ¿cuál cree que es la
ventaja principal que aporta la franquicia?
La marca es importante, pero no es tan relevante a la hora de
exportarla a un país donde no significa nada, y eso le cuesta
entender a muchas franquicias americanas. Creo que lo que marca la
diferencia es que se trata del único instrumento que me permite
entrar en un negocio sin tener conocimiento de cómo se maneja, y
hacer dinero con él.
Por: franquiciashoy.es/Miércoles 23 de Agosto de
2007