Qué
hubiera sucedido si el famoso pintor colombiano Fernando Botero
hubiera contemplado a figuras como Rafa Márquez o Alex Lora como
modelos para su obra?
Tal vez
tu imaginación busque la respuesta y ciertamente el resultado sería
bastante curioso. Pues ya no te lo imagines, porque existe un lugar
donde podrás apreciar este experimento, tal vez no hecho por la
mano de Botero, pero será igual de original..
Ese
lugar –por si fuera poco- es un bar, en donde además de poder
reunirte con tus amigos para divertirte, podrás escuchar a bandas
de rock en vivo. Y claro, también es posible la idea de
negocio.
“Es un
lugar mexicano, con un concepto original, muy sencillo pero muy
cálido”, considera Luis Alfonso Valle, gerente general de
Bebotero.
“El
nombre nace de la conjunción de dos palabras: bebo por beber y
Botero por el pintor colombiano que se caracteriza por sus pinturas
con personajes gordos”, explica el entrevistado.
“Fusionamos estas ideas básicas para crear un lugar muy
colorido y muy latino, además de crear nuestros propios diseños y
versiones de personas famosas poniéndolas en gordo; es muy original
y ha gustado mucho”.
Un
negocio “redondo”
The Bebotero Co. nace a principios de 1999 en Guadalajara. Hoy en
día cuenta con sucursales en Tlaquepaque y Puerto Vallarta, aunque
Luis Alfonso Valle tiene ya puesta la mira en la Ciudad de
México.
“Somos
un lugar de música en vivo, de rock, sobre todo en español,
encaminado a jóvenes entre 18 y 35 años, que es la mayor cantidad
poblacional en nuestro país”, explica el
entrevistado.
“Procuramos que eso no varié mucho (...) para que en el futuro
esto nos dé una clientela muy sólida y
frecuente”.
La
franquicia requiere de una inversión estimada en un millón 350 mil
pesos, considerando los siguientes rubros: cuota (350 mil pesos),
gastos preoperativos (150 mil), inversión en remodelación (200 mil)
equipo y mobiliario (475 mil) así como inventario y capital de
trabajo en 160 mil pesos.
“Incluye todo el kid decorativo y la instalación, nuestro now
how, manuales y todo lo necesario para trabajar en su
capacitación”. Además: apoyo publicitario inicial y asesoría en la
negociación con proveedores.
“El
concepto incluye una tienda de ropa y souvenirs, misma que estamos
regalando en la compra de la franquicia, esto para apuntalar la
imagen del concepto”, destaca Valle.
Precisa
también que el costo de la franquicia “es muy variable, dependiendo
del tamaño de la unidad que estamos requiriendo adquiriendo”, es
decir, un local entre 200 y 300 metros cuadrados en zona comercial
y de recreación, tal como playas o centros
turísticos.
Bebotero ofrece un contrato por siete años renovable, con “un
retorno de inversión calculado entre 18 y 24 meses, aunque
dependerá mucho del lugar geográfico donde se ubique el bar”.
Incluye también sistema de seguridad y control.
Respecto a regalías y cuotas, éstas son variables dependiendo
precisamente la capacidad del local sin sobrepasar el 5% de las
ventas netas. La cuota de publicidad institucional es del 1.5% de
las ventas netas.
Sobre
el futuro del concepto, Luis Alfonso Valle revela que “una de
nuestras principales ideas es franquiciar en la ciudad de México,
por su tamaño poblacional y en diferentes zonas de la ciudad:
creemos que podríamos abrir hasta seis
franquicias”.