Las franquicias han demostrado ser
el modelo de negocio más exitoso en el mundo de las inversiones,
basta echarle un vistazo a las estadísticas del sector para darse
cuenta de su confiabilidad: 95 por ciento de los negocios que se
establecen a través de una franquicia logran sobrevivir su quinto
año de operación, mientras que seis de cada diez emprendimientos de
forma independiente fracasan antes de su segundo año de
vida.
Las proyecciones de crecimiento para
este esquema son contundentes: para el 2020 se prevé que 90 por
ciento de las empresas en el país operen bajo este modelo que
actualmente está presente en todos lo giros; alimentos, servicios,
moda, belleza, salud, educación, regalos, novedades y ahora se ha
introducido al campo de la filantropía, pues constituyen una
herramienta que ha permitido desarrollar modelos enfocados a la
solución de problemas y necesidades sociales, como desnutrición,
analfabetismo y otros.
Son las franquicias sociales, un
concepto con grandes posibilidades de desarrollo toda vez que
contribuyen a mejorar la imagen del inversionista, grupo o empresa
que coloca su capital en ellas mediante una relación ganar-ganar.
Modelo de ayuda La franquicia social es el proyecto que genera
productos o servicios que benefician a la sociedad sin fines de
lucro, mientras que la franquicia socialmente responsable es
aquella que ofrece un servicio a la comunidad pero obtiene una
utilidad económica, explica Ximena Cabrera, desarrolladora de
franquicias sociales de la consultoría Poblete &
Asociados.
"En definitiva es poner a funcionar
un esquema de trabajo bajo la operación de una franquicia en lo que
se refiere a estrategias, metodologías e instrumentos, con el
objetivo de establecer redes de proyectos sociales con éxito no
sólo a nivel nacional, sino que también pueden expandirse a
cualquier parte del mundo como una franquicia comercial".
De acuerdo con
Carlos Roberts, presidente de la Asociación Mexicana de
Franquicias, únicamente para generar riqueza, ya que en este caso
está enfocado al valor humano y social agregado, es decir, cubre la
necesidad de atención que tiene la sociedad y la de generar un
mejor ser humano en cada una de las personas
involucradas".
Una de las características de este
tipo de franquicias es que para incorporarse a ellas únicamente es
necesaria la inversión en las instalaciones del proyecto, pues no
existe una cuota de franquicia y mucho menos el pago de regalías.
"Aunque cada una de las unidades abiertas firma un contrato en
donde se compromete con reglas y métodos comunes, tal y como lo
lleva a cabo cualquier marca", añade Cabrera.
Este modelo contribuye a la solución
de problemas sociales, manteniendo la calidad y la productividad.
Al valor moral de una causa suma el valor estratégico de movilizar
recursos hacia el bien público, haciendo de la filantropía una
agencia de cambio social en lugar de un negocio para quienes la
administran.
Revista Franquicias y Negocios/ 01
de Febrero de 2008